La compra de su vivienda habitual puede ser la inversión más importante de su vida.
Durante muchos años, esta operación supondrá un impacto importantísimo en su economía doméstica y representará la mayoría de su patrimonio neto. El tipo de vivienda, su ubicación y entorno también influirán en su estilo de vida. Es una compra que no se puede realizar sin el debido análisis.
Y la primera decisión que debe tomar es si se encuentra en el momento adecuado para comprar su casa.
¿Comprar o alquilar?
Es cierto que comprar una vivienda depara muchas ventajas. La primera, que es una buena inversión a largo plazo. Las mensualidades de la hipoteca le obligan a ahorrar todos los meses y, al cabo de 20 ó 30 años, poseerá un bien que vale mucho dinero. A partir de entonces, no pagará ni cuotas ni alquileres y, si es necesario, podrá utilizar la vivienda para financiar su jubilación u otro gasto importante.
Eso sí, una vivienda en propiedad ata mucho a sus dueños. No se sentirá con la misma libertad si tiene que cambiar de residencia por razones familiares o laborales.
En cuanto a lo de que alquilar es tirar el dinero, recuerde que el alquiler también tiene ventajas. Ser propietario supone, además de las cuotas de la hipoteca, una serie de gastos que ni se recuperan ni aportan ninguna ventaja fiscal. Seguros de hogar, impuestos, mantenimiento y gastos de comunidad representan importantes desembolsos a los que está obligado el dueño. Cuando se vive de alquiler, estos gastos suelen cubrirlos los caseros.
Al precio de venta de la casa hay que añadir una serie de gastos asociados a la compraventa y formalización del préstamo hipotecario, que corren normalmente a cargo del comprador.
- Tasación
- Notarías
- Gestoría
- Verificación registral
- Comisiones de apertura o de subrogación
- Impuestos sobre la constitución de la hipoteca
- IVA o impuesto de transmisiones
- Seguros
¿Puedo permitírmelo ahora?
Aunque parezca obvio, antes de nada debe saber si cuenta con los ahorros suficientes para adquirir una vivienda. Muchos se limitan a calcular la cuota de la hipoteca y se olvidan de que es necesaria una buena cantidad de dinero líquido.
La entrada: Cuente con que la entrada representa en torno al 20% del precio total de la vivienda. Las entidades financieras suelen prestar el 80% del valor de tasación de la casa (máximo legal). Fíjese que hemos dicho del valor de tasación y no del precio de la vivienda. Es decir, si compra a buen precio puede ser que el 80% del valor de tasación sea más que el 80% del precio. Si compra a un precio mayor que el valor de tasación posiblemente tendrá usted que aportar más del 20% del precio de venta.
Ejemplo ilustrativo: Una vivienda tiene un precio de venta de 300.000 €, sin embargo está tasada en 270.000 €. Un banco, en caso de conceder un préstamo hipotecario, por regla general sólo dará, como máximo, 216.000 € (el 80% de 270.000). El comprador tendrá que pagar como entrada el resto (84.000 €), además de los gastos de formalización del préstamo (como media el 10% de 216.000 €=21.600 €). Es decir, para comprar esta casa, habrá que contar con aproximadamente 105.600 € antes de contratar una hipoteca.
Para mucha gente, el pago de la entrada, y no la cuota mensual, es el mayor obstáculo para adquirir una vivienda.
Si no se trata de la primera vez que compra una vivienda habitual, sino que ya tiene otra casa para vender, los ingresos de esta venta probablemente cubran el capital inicial necesario, siempre que logre venderla antes de comprar la nueva.